El desafío era claro: el packaging no solo debía proteger cada pieza para que llegara impecable a su destino, sino que también tenía que reflejar el valor de la marca y funcionar como un empaque de regalo. Las opciones tradicionales, como cajas de cartón corrugado, no cumplían con la elegancia y personalización que sus obras requerían. Además, era clave optimizar costos, ya que manejaban diferentes tamaños de cuadros.
La solución: Después de un trabajo minucioso, diseñamos fundas en foldcote personalizadas, impresas con la identidad visual de Marcelo Wong y ajustadas al milímetro para un ajuste perfecto con el producto. Cada empaque fue pensado para incluir elementos de protección como el plástico burbuja, sin perder el estilo. Como toque final, se agregó un adhesivo y un lazo que realzaban la presentación y lo convertían en un paquete listo para regalar.
El resultado fue un éxito. No solo protegía las piezas, sino que también reforzaba la experiencia premium de la marca. Hoy, Marcelo Wong sigue confiando en nosotros para mantener la impecable presentación de su arte, y nosotros felices de seguir creando empaques que hacen brillar su talento.